Estas profesiones me permiten contribuir en la construcción de un mundo más humano, reconociendo y potenciando el don que todas las personas llevamos dentro. Reconociendo la capacidad de transformación social que toda organización promueve.
Soy una persona comprometida, apasionada con lo que hago, tanto a través de la evaluación humanizadora como en el acompañamiento personal, creo firmemente en la capacidad del ser humano y de las organizaciones para construir un mundo basado en relaciones de justicia y fraternidad, que contribuyen al bien común.
Ambos campos de acción requieren contar con habilidades como la escucha activa, el respeto profundo a la diversidad, la empatía, la confrontación respetuosa y lucidez a través de la pregunta adecuada. Mi rol es el de facilitar procesos de autoconocimiento y reflexión, tanto en personas como en organizaciones. Ayudar a aflorar las capacidades, los dones y también generar reflexión sobre cómo superar las limitaciones, los cuellos de botella, abrirse a nuevas posibilidades para crecer y afrontar las adversidades.
